La novela de Óscar, nos relata la historia de Claudio del Monte, sus vicisitudes, experiencias de vida, el intento personal, laboral y la interacción con su entorno.
El protagonista, con estudios inconclusos, diversos emprendimientos frustrados, algunas quiebras y un retorno a la rutina de trabajo de mano de un amigo, se ve arrastrado a dos universos paralelos, por un lado Anastasio, de personalidad trabajólica, algo
histérica, buen administrador de negocios, un tipo exitista, amante del poder y
el dinero y por el otro el Loco Nahuel, que representa la lucha por los ideales
por aquello que se cree, desprovisto del interés monetario, con el anhelo de
construir una sociedad mejor, uno representa su pasado de rebelde universitario
y el otro es el arquetipo del futuro triunfador pero con alma muerta. En estos
mundos paralelos que pareciera que en el desarrollo de la trama se encontrarán,
se desenvuelve la vida del protagonista y su cruda existencia que mantiene en
su yo interno el humanismo que reconoce
lo ha llevado a la derrota.
El drama interno consciente o inconscientemente plantea el antagonismo entre la existencia y
la esencia, ribetes claros del movimiento
existencialista que presenta Camus, Miller, Hemingway.
Claudio del Monte,
el “rebelde”, al parecer no encuentra el “sentido de la vida”, como dice
García Sierra: Tenemos que afirmar que la vida del individuo carece propiamente de
sentido espiritual (moral) y que el sentido de la vida sólo puede resultar (si
resulta) de la misma trayectoria biográfica que la persona ha de recorrer. El
sentido de la vida no está previamente dado ni prefigurado, ni puede estarlo,
puesto que le es comunicado a la vida por la propia persona, a medida que ella
se desenvuelve.)
Por ello, el concepto de sentido de la
vida es un concepto dialéctico, no es simplemente lo que se cree, el
planteamiento que tenemos cada uno/a sino el de múltiples aristas, los sentidos más profundos de la vida tienen
siempre algo de oculto, de inesperado e incluso de enigmático y contradictorio
con otras posibles líneas de sentido.
Anastasio en esta
narrativa representa la miseria humana, la miseria que provoca la ambición
desmedida, el engaño, el andar feliz por la vida destruyendo al prójimo llámese
empleados, amantes, esposa, amigos o competencia. Personifica lo peor de la
sociedad neoliberal que nos agobia y aturde.
Esta obra nos remonta a su vez, a la filosofía del absurdo que nace
cuando el filósofo y escritor argelino Albert Camus, partiendo del movimiento
existencialista se aparta de esa línea filosófica al publicar su manuscrito El
mito de Sísifo. También se relaciona con "El extranjero", obra del
mismo autor. La filosofía del absurdo
está vinculada al existencialismo, aunque no debe ser confundido con éste
(hay quienes la consideran un hipónimo de nihilista).
De acuerdo a la filosofía de Camus, los
esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado dentro del
universo acabarán fracasando finalmente debido a que no existe tal significado
(al menos en relación al hombre), caracterizándose así por su escepticismo en
torno a los principios de la existencia. Esta filosofía también postula que la
vida es algo insignificante, que no tiene más valor que el que nosotros le
creamos. De esta forma, puede entenderse la vida como un conjunto de
repeticiones inútiles, vacías y carentes de sentido y significado, que se
llevan a cabo más por costumbre, tradición e inercia que por coherencia y
lógica...
Así lo considera Claudio.
Al clasificar el estilo del autor
tendríamos que mencionar su narrativa depresiva, realista, la forma en que se cuenta la historia es ágil
y comprensible, utiliza un lenguaje
sencillo que oscila entre el coloquial culto y el popular, logrando
perfectamente una obra existencialista no con los conflictos de la post-guerra
sino con los conflictos que nacen de una sociedad injusta, clasista y
oportunista, que lleva a desenlaces absurdos, lo que queda reflejado en el
clímax de la obra.
El tratamiento de los personajes es
impecable, sus personalidades quedan perfectamente perfiladas.
Óscar logra una verdadera interacción
entre el enunciador y el enunciatario, narración atractiva, ágil, interesante
que nos muestra en cierta forma la cosmovisión y el compromiso de este joven y
talentoso autor de la región del BioBío con la literatura. Sin duda una muestra
del excelente estado de la narrativa regional y nacional.
No dejen de leerla.
(*) Directora de Ediciones Orlando.