martes, 20 de enero de 2015

"Los lacayos", novela de Oscar Sanzana Silva, por Ingrid Odgers (*)







La novela de Óscar, nos relata la historia de Claudio del Monte, sus vicisitudes, experiencias de vida, el intento personal, laboral y la interacción con su entorno.

El protagonista, con estudios inconclusos, diversos emprendimientos frustrados, algunas quiebras y un retorno a la rutina de trabajo de mano de un amigo, se ve arrastrado a dos universos paralelos, por un lado Anastasio, de personalidad trabajólica, algo histérica, buen administrador de negocios, un tipo exitista, amante del poder y el dinero y por el otro el Loco Nahuel, que representa la lucha por los ideales por aquello que se cree, desprovisto del interés monetario, con el anhelo de construir una sociedad mejor, uno representa su pasado de rebelde universitario y el otro es el arquetipo del futuro triunfador pero con alma muerta. En estos mundos paralelos que pareciera que en el desarrollo de la trama se encontrarán, se desenvuelve la vida del protagonista y su cruda existencia que mantiene en su yo interno el humanismo que  reconoce lo ha llevado a la derrota.
El drama interno consciente  o inconscientemente  plantea el antagonismo entre la existencia y la esencia, ribetes claros del movimiento  existencialista que presenta Camus, Miller, Hemingway.
Claudio  del Monte,  el “rebelde”, al parecer no encuentra el “sentido de la vida”, como dice García Sierra: Tenemos que afirmar que la vida del individuo carece propiamente de sentido espiritual (moral) y que el sentido de la vida sólo puede resultar (si resulta) de la misma trayectoria biográfica que la persona ha de recorrer. El sentido de la vida no está previamente dado ni prefigurado, ni puede estarlo, puesto que le es comunicado a la vida por la propia persona, a medida que ella se desenvuelve.)
Por ello, el concepto de sentido de la vida es un concepto dialéctico, no es simplemente lo que se cree, el planteamiento que tenemos cada uno/a sino el de múltiples aristas,  los sentidos más profundos de la vida tienen siempre algo de oculto, de inesperado e incluso de enigmático y contradictorio con otras posibles líneas de sentido.
Anastasio  en  esta narrativa representa la miseria humana, la miseria que provoca la ambición desmedida, el engaño, el andar feliz por la vida destruyendo al prójimo llámese empleados, amantes, esposa, amigos o competencia. Personifica lo peor de la sociedad neoliberal que nos agobia y aturde.
Esta obra nos remonta  a su vez, a la filosofía del absurdo que nace cuando el filósofo y escritor argelino Albert Camus, partiendo del movimiento existencialista se aparta de esa línea filosófica al publicar su manuscrito El mito de Sísifo. También se relaciona con "El extranjero", obra del mismo autor. La filosofía del absurdo está vinculada al existencialismo, aunque no debe ser confundido con éste (hay quienes la consideran un hipónimo de nihilista).
De acuerdo a la filosofía de Camus, los esfuerzos realizados por el ser humano para encontrar el significado dentro del universo acabarán fracasando finalmente debido a que no existe tal significado (al menos en relación al hombre), caracterizándose así por su escepticismo en torno a los principios de la existencia. Esta filosofía también postula que la vida es algo insignificante, que no tiene más valor que el que nosotros le creamos. De esta forma, puede entenderse la vida como un conjunto de repeticiones inútiles, vacías y carentes de sentido y significado, que se llevan a cabo más por costumbre, tradición e inercia que por coherencia y lógica...
Así lo considera Claudio.

Al clasificar el estilo del autor tendríamos que mencionar su narrativa depresiva, realista,  la forma en que se cuenta la historia es ágil y comprensible,  utiliza un lenguaje sencillo que oscila entre el coloquial culto y el popular, logrando perfectamente una obra existencialista no con los conflictos de la post-guerra sino con los conflictos que nacen de una sociedad injusta, clasista y oportunista, que lleva a desenlaces absurdos, lo que queda reflejado en el clímax de la obra.
El tratamiento de los personajes es impecable, sus personalidades quedan perfectamente perfiladas. 
Óscar logra una verdadera interacción entre el enunciador y el enunciatario, narración atractiva, ágil, interesante que nos muestra en cierta forma la cosmovisión y el compromiso de este joven y talentoso autor de la región del BioBío con la literatura. Sin duda una muestra del excelente estado de la narrativa regional y nacional.
No dejen de leerla.


(*) Directora de Ediciones Orlando.