¡El cambio es
inminente! ¡El modelo está liquidado! Desde mi cuarto escuchaba los vítores de
mi vecino ebrio de vino barato y revolución. Poco antes había repartido una
malla de limones a un grupo de manifestantes que huían de los milicos. Era la
tercera o cuarta noche de éxtasis en la pequeña trinchera que constituía esa
pieza que arrendaba en el cité de calle Ongolmo. Me lo imaginé altivo, dichoso
y pleno. Lo imaginé solitario, soñador y niño. Dando vueltas por la habitación
ignorando el reporte de saqueos de la tele; danzando en calzoncillos todo
libre, todo loco y con el alma llena de banderas.
viernes, 9 de abril de 2021
VECINO
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