Cabecita Loca, yo sé de qué están
hechos tus ojos
Que a cada tanto se dirigen hacia
mí
Huyendo del diligente vacío del
que todos huimos
Si accedieras a presenciar el
milagro de esta noche
Dentro del cuarto volaría en
pedazos
Tu trastocado deseo de felicidad
Y brindarías con licor de
lágrimas su ausencia
Cabecita Loca, quisiera decirte
Que nadie puede desear tanto un
espejismo
Viviendo como esclava de un sueño
infinito
Intoxicada por las mentiras
evanescentes que devoran tu atención.
(El sueño del mundo, 2012)
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