jueves, 31 de julio de 2014

"Los lacayos", próxima novela en el horno



  Se aproxima la publicación de una nueva novela. Se trata de "Los lacayos". Actualmente se encuentra en proceso de edición editorial, bajo el sello "Ediciones Orlando". Se lanzará conjuntamente con el poemario "Manual de emprendimiento para suicidas", publicado en formato librillo por las "Ediciones Carajo".

  "Los lacayos" la escribí en el primer semestre del 2013, para mejorarla luego a comienzos de este 2014. En este proceso conté con la ayuda de Gabriel Meza, con quien fuéramos socios en la Revista Azoteas. Por supuesto, la acción tiene lugar en Concepción, en un Conce invernal, en medio de temporales y azares, como la lluvia que impacta violentamente mi ventana mientras escribo esto.

  Aquí les dejo una pequeña reseña de la novela. Se avisará oportunamente fecha y lugar de lanzamiento:

  “'Los lacayos'” narra la historia de un grupo de personajes que se debaten entre vivir creativamente o dejarse llevar por el flujo propio de la vida en ciudad. En el fragor de esta lucha, que a ratos se vuelve esencial, pueden ser al mismo tiempo víctimas y victimarios. Víctimas, del culto al progreso y sus presumibles valores y sacrificios. Victimarios, cuando la difícil integración despliega sus ataduras y exige lealtades inquebrantables.
  Claudio Del Monte es un outsider cuya miseria lo empuja a aceptar un empleo detrás de un escritorio y con el debido cumplimiento de horarios. Anastasio, en cambio, es la imagen misma del éxito: joven, admirado, a un paso de formar parte del directorio de su empresa, y con la habitual doble vida que suele coronar a las personalidades avasalladoras. En la vereda de enfrente se encuentran Ramiro Nahuel y Cristina, cuyo compromiso político los lleva a vivir en un estado de permanente paranoia.
  El autor incursiona en una obra que devela ciertos desequilibrios, anormalidades y tensiones subterráneas que tienen lugar en la ciudad, y que se escriben como notas al margen del exitismo proyectado por los letreros luminosos de sus avenidas".


domingo, 13 de julio de 2014

"Conversando un vinito con tres escritores"



El pasado viernes 11 de julio, a las 19 horas en la Galería de Arte Zagúan, ubicada en Rengo 125, se llevó a cabo un encuentro literario llamado “Conversando un vinito con los escritores”. La actividad reunió a los escritores Taty Torres, Reveko de la Jara y Oscar Sanzana Silva. La actividad incluyó un repaso de parte de la obra poética de los autores, para luego dar paso a un divertido diálogo con el público, donde pudieron abordarse los más inverosímiles temas de actualidad literaria. Acá algunas imágenes del evento.



martes, 1 de julio de 2014

Pasarela inconclusa de la Remodelación Paicaví



       Desde aquí es posible observar de forma inmejorable el ritmo de la ciudad. En mi humilde opinión, creo que después de todo, le debemos un extraño agradecimiento a nuestras autoridades por su descuido. Me explico. Posiblemente, si esta pasarela no hubiese tenido otra utilidad que la libre circulación de personas y mercancías, habría perdido todo su actual valor estético, y lo gratificante que suele ser sentarse a mirar la ciudad desde algún punto, desde alguna “azotea”. Tenemos la urgencia de observarnos como seres humanos; analizar cada uno de nuestros movimientos, rutinas y comportamiento en la calle y tal vez en la intimidad de nuestros hogares. Me refiero a que cualquier persona en su sano juicio se cuestionaría nuestro quehacer como civilización si se sentara algunos minutos en esta pasarela, al lado de una pareja de pololos del Liceo Andalién, ubicado a un par de cuadras, o acompañado de algún vendedor de la locomoción colectiva que se toma un descanso.

Pensada en un comienzo para unir ambas manzanas del conjunto de bloques residenciales de la Remodelación Paicaví, la pasarela comenzó a construirse paralelamente a los edificios, en 1965, sin que se terminase la obra. Este proyecto de urbanización corrió por cuenta de la entonces Corporación de la Vivienda, CORVI, y al margen de la pasarela en desuso, la Remodelación Paicaví es hasta hoy considerada uno de los mejores ejemplos de remodelación urbana1

El eterno vaivén

      De día, el ir y venir, siempre urgente, de vehículos que circulan por la Avenida Paicaví. Los usuarios del transporte público amontonándose en los paraderos a primera hora de la mañana, y a partir de las seis de la tarde. El paso estridente de los coches de emergencia para uno y otro lado de la ciudad, concitando la curiosidad de los vecinos, que se asoman desde las ventanas de sus departamentos. 
      Desde la vieja pasarela, es posible observar el interminable vaivén de la Rotonda que une las avenidas Paicaví y Los Carrera. Me gustaría indicar que este espacio en su conjunto se resignifica en cada jornada de movilización estudiantil, ya que constituye el punto donde convergen las marchas que vienen desde Concepción (UdeC), Talcahuano (Universidad Católica y Federico Santa María) y Collao (Universidad del Bío Bío), además de los secundarios que se reúnen en la Plaza Condell. En dichas oportunidades, el tránsito vehicular se suspende, y los lienzos, los puños en alto, las consignas y el carnaval furioso se apropian del espacio. La calle se reviste de colores, y de miles de seres humanos que detienen el tránsito, que paralizan la ciudad, en abierto desprecio de las instituciones y su orden. Y no es poca la gente que desde sus balcones y ventanas les expresa su apoyo, consciente de que el malestar y las ganas de cambiar esta sociedad es transversal.
 
La otra noche

        De noche, al mirar hacia el centro, los semáforos, los avisos publicitarios luminosos en las azoteas de los edificios, sumados a los neones de locales nocturnos, parecieran ejercer una extraña fascinación sobre el observador. Aventurarse hacia esos confines supone una invitación a experimentar una nocturnidad bohemia, cuyo último reducto visible desde este punto lo constituye la Plaza Perú. No es difícil toparse con grupos de jóvenes que deambulan, incluso a altas horas de la madrugada, en errático y alegre peregrinaje. Por el contrario, volver la vista hacia la calle Bulnes, supone el encuentro con una perspectiva que agranda la ciudad, que la extiende por la Avenida Paicaví hacia los límites de otras territorialidades: el Concepción antiguo, la Laguna Tres Pascualas, el Barrio Norte, la Autopista que une a Concepción con el puerto de Talcahuano, etc. Aquella es, por cierto, la perspectiva de otra noche. 
          “Los que creen ver fantasmas son los que no quieren ver la noche”, dice el filósofo Maurice Blanchot. Desde la pasarela abandonada, hablando con toda honestidad, es fácil confundirse. Altas horas. El movimiento de vehículos ha cesado. Transcurren largos minutos entre el paso de algún coche y otro. La Avenida Paicaví parece, en este tramo, fantasmagóricamente vacía.  Por cierto, otra es la realidad, ya descrita, desde la Avenida Los Carrera hacia la Plaza Perú. Esta última avenida pareciera marcar un límite, una suerte de pasaje, de transición hacia otros mundos, hacia otras noches. Quien pasa por aquí a esas horas accede a una nocturnidad que no nace por la simple oposición al día. Se transita por esta otra noche como quien anda entre sueños, a la espera de alguna revelación onírica. La bruma que habitualmente se levanta desde la Laguna Tres Pascualas, pareciera proveer al caminante nocturno de un escenario favorable para tales revelaciones…, o para facilitar su extravío. El peligro potencial que se aloja en la ejecución de esta ritualidad, desde luego, corresponde a una parte esencial de la experiencia estética de la noche de Concepción, con sus trágicas desapariciones como mejor ejemplo. Pero me inclino a pensar que todo caminante-observador bien sabe a lo que va en búsqueda. Dejaré hasta aquí esta descripción, por supuesto, demasiado básica y aventurada, de esta perspectiva nocturna de la Avenida Paicaví.


¡Las ruinas nos pertenecen!

           Como parte habitual de una ciudad que debe lidiar con terremotos y maremotos, tanto las ruinas como los sitios baldíos, forman parte del paisaje urbano. Allí donde un grupo de antiguos residentes de la Remodelación Paicaví han visto con malos ojos a esta estructura, otros grupos han sabido sacarle provecho y, en cierta medida, se han apropiado de este espacio, expresando en él su propia subjetividad. Me refiero a los graffiteros, los skaters, los parkours, o incluso los grupos de estudiantes, secundarios y universitarios, que utilizan la pasarela para compartir con sus pares. Por supuesto, existen individuos que utilizan este lugar como baño o basurero público. Sin embargo, constituyen excepciones. La mayoría usa la pasarela como un afuera dentro de la propia ciudad. Un extraño palco donde todos nos transformamos en testigos de lo que somos.

            Es justamente la presencia numerosa de estos y otros grupos de habitantes, vecinas y vecinos, la que permite recuperar estos espacios para beneficio de sus propios habitantes. No solo tenemos derecho a soñar una ciudad diferente, sino además el deber de transformar creativamente esta urbe con cada una de nuestras acciones, sobre la base de nuestras propias experiencias y sueños colectivos.



1 Fuentes, Pablo y Pérez, Leonel. 2012. “Formación del Concepción metropolitano a través de los grandes conjuntos residenciales. Aportaciones del urbanismo moderno”. Concepción: Revista Atenea, 505, 33-78.



(Columna aparecida en el Periódico Resumen de Concepción, edición de mayo de 2014)