Estuve allí
cuando intentaron sacar a aquel sujeto a punta de patadas de aquella conocida
disco del Barrio Brasil. Según los guardias, se trataba de un borracho que andaba dando jugo; él, en tanto,
afirmaba estar endemoniado y poseer poderes sobrenaturales. Lo concreto fue
que cuando todos nos disponíamos a rellenar nuestros vasos y continuar con la
charla, lo vimos levantar en el aire a los dos gorilas para, acto seguido,
arrojarlos hacia la noche, mientras vociferaba extrañas maldiciones en una
lengua desconocida…
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