lunes, 11 de enero de 2016

EL POISON

    Ya, aquí un pequeño regalito para los nostálgicos de El Culo del Maestro:


    Bebieron un último trago de Bruce Douglas y salieron a la calle. Afuera había dejado de llover, y los rayos de sol que se filtraban por entre las nubes ofrecían un maravilloso espectáculo.

    A poco rato de andar dieron con El Poison en las cercanías del Mercado. Su amistad con lo peor del hampa hizo de él una persona sencilla, aunque respetada. Exitoso sociólogo, sus excesos le pulverizaron el cerebro hasta dejarlo en la calle. Sobrevivía captando clientes VIP entre proxenetas, micreros, policías, adictos terminales y pordioseros.

    Compraron, y El Poison los atendió amablemente, como siempre, aunque lucía preocupado.

-¿Qué te ocurre, Poison?

-Fue ayer, en medio de una discusión con mi padre cuando pasó. No pude resistirlo más, el viejo se ponía demasiado desagradable cuando tomaba. Le di con el brasero en la cabeza. Homicidio simple, ya lo sé, pero sucede que adentro de la cárcel la merca es más difícil de conseguir.

-La policía no lo dejará así, Poison. Te cargaste a tu padre, no es para menos.


    De pronto se aproximó una patrulla. Los dos jóvenes escritores huyeron por los pasillos del Mercado hacia el centro de la ciudad. El Poison se quedó de pie aunque con una mueca que mezclaba atrocidad y dolor en su rostro, esperando la violenta e inútil llegada de los agentes.  

    Si bien ellos no volvieron a saber nunca más de El Poison, continuaron drogándose a menudo. Aquella tarde, sin embargo, no la olvidaron fácilmente. Antes de escapar se aseguraron de despojarle de toda su mercadería, y de asestarle una buena puñalada al parricida.


(El Culo del Maestro, 2009)


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