Deja que mi boca te lastime
Permite que mis versos más
estropeados vivan en ti
Necesitaré del absurdo de la
sensación
Para dejar esta cárcel y hacerte
soñar
Con que un día este amor nuestro
aplacará nuestras miserias
Con una deliciosa porción de
alegrías;
Pero mientras sigamos aquí
Alimentando el morbo del público,
Tropel de bellacos poseídos por
un éxtasis endemoniado,
Mientras los lobos aúllen
contemplando el holocausto
De mi estúpida posición de héroe
macabro
Riendo hasta las lágrimas,
Mientras sueñe con verte caer
desangrada
sobre la barra de este bar
Mientras necesitemos de oscuros
rituales
para
exorcizar nuestras almas
Seguiremos siendo un par de
esclavos insanos;
Entonces, la noche se desvanecerá
como
la disipación de un delirio
Allí es cuando asistimos a la
última orgía verdadera:
La felicidad febril del borracho
cantando entre eructos,
afuera de la taberna
Y el ensañamiento con que le
responderá la noche cizañera
Amparada en su oscuridad.
(El sueño del mundo, 2012)
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