Es cierto, se sentía decaído. Tal vez fuera porque nadie le creyó su historia de fantasmas dentro de Los Salesianos. Lo vieron salir cabizbajo del local; y luego avanzar dando tumbos hacia la Plaza de los Dinosaurios. Acaso el tiranosaurio lo viera mal parado y lo considerara una presa fácil. Hay quien asegura haberlo visto perderse dentro de sus fauces sin siquiera animarse a pedir auxilio.
Ilustraciones: Jorge Peyrin
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