viernes, 9 de abril de 2021

VECINO


¡El cambio es inminente! ¡El modelo está liquidado! Desde mi cuarto escuchaba los vítores de mi vecino ebrio de vino barato y revolución. Poco antes había repartido una malla de limones a un grupo de manifestantes que huían de los milicos. Era la tercera o cuarta noche de éxtasis en la pequeña trinchera que constituía esa pieza que arrendaba en el cité de calle Ongolmo. Me lo imaginé altivo, dichoso y pleno. Lo imaginé solitario, soñador y niño. Dando vueltas por la habitación ignorando el reporte de saqueos de la tele; danzando en calzoncillos todo libre, todo loco y con el alma llena de banderas.