lunes, 2 de enero de 2017

EL JARDÍN DE LOS SUEÑOS PROFUNDOS




Hazte ver, me gritó una voz
Cuando todo sentido se desvanecía
La habitación que ya no lo sería más
El vaso de cerveza deforme pudriéndose en la barra de aquel bar
Una última lágrima que reencarnó en sangre odiosa
                                                  -dispuesta a infectar a otras sangres-
Y un coro ángeles ebrios en un jardín de madrugada
Los rosales sabían de espectáculos grotescos, 
                                                          al igual que las bellas hortensias
¡Y qué!
Después de todo, creer en la ingenuidad de las flores
Es de una ignorancia imperdonable
En este mundo tan cruelmente preparado
Para destrozar a los débiles corazones.

(Una nueva forma de vida extraña, 2016)


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