jueves, 20 de agosto de 2015

DESCONSUELO



Hasta el día de hoy no recuerdo si él bailaba solo o con aquel pedazo de tocador, desprendido por acción de terceros un día después de la fatal discusión. No sé, tampoco, si la odiaba mientras insistía en apegar su boca a la foto de ella, o mientras refregaba la misma imagen por sus mejillas, como si buscara untarse de alguna bendición, invisible para nosotros. Lo peor, sin embargo, sucedió ya al final de la noche. Lo encontramos en un rincón balbuceando un nombre, una canción y una fecha. El pedazo de tocador había salido volando por la ventana anunciando la proximidad del sol, mientras él insistía en ahogarse en aquel conmovedor charco de lágrimas.


(Experimento fallido, 2015)


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