martes, 23 de febrero de 2016

LA FUGA


     Fue justo después de que acordaran fugarse de esa fiesta. A pocas cuadras, una habitación algo miserable aunque acogedora los esperaba. Cruzaron el Barrio Brasil haciendo todo lo posible para camuflarse, intentando ser dos sombras más bajo los árboles. Al llegar, fueron recibidos por un concierto de gemidos, sonido de catres y alguno que otro alarido. Pero cuando al fin sus cuerpos se encontraron, el mundo pareció detenerse para ellos, por mucho que el sol insistiera en parecer indiferente y prosiguiera su camino habitual aquella ardiente madrugada de enero.
 (Inédito


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