domingo, 21 de febrero de 2016

LENTA AVANZA LA NOCHE EN MEDIO DEL ÉTER





La última vez que me sentí feliz

No di ningún crédito a mi soledad

pero me sorprendió con una bolsa plástica:

                                     -Noventa y cinco octanos-

Me dormí sobre una vieja pasarela en desuso

De la Remo Paicaví

Y me soñé pájaro,

 volando libremente en dirección al sol;

Ojalá toda la gente que me desprecia,

Pudiera sentir por una vez lo mismo que yo

                        Sobre mi dichosa nube de bencina

Entonces entendería que todo el misterio

 que se esconde dentro de esta bolsa mágica

Es algo muy parecido a lo que dice adorar

 en sus domingos de misa;



Me pierdo en su silencio

Me mato un poco más en cada viaje, lo sé,

Pero despierto dentro de otro mundo

                        Donde no existe este frío de mierda

Ni la escarcha que me congela hasta los huesos

Donde no existen perseguidores ni sentencias

Donde reventarse gloriosamente

                                                  es mejor perspectiva

 que una larga agonía, sinfonía de mis noches;



En fin,

 desde ahora seré invisible hasta las ocho y media

 cuando un funcionario de Aseo y Ornato

                                                                 Llame a los pacos

 y deba salir a salvarme por ahí.

Y quién sabe si, entre volá y volá,

 la muerte no consiga arrastrarme

Hacia su sueño diurno

                                                            Y continúe mi vuelo

 para siempre junto a las gaviotas.



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