sábado, 26 de octubre de 2019

Primeras impresiones de este Octubre Revolucionario o la Primavera Chilena


Francamente no sé cómo diablos empezar a escribir esta pequeña columna. Tal como pasa a muchas personas, aguardé por muchos años este momento, y ahora que todo acontece, a ratos pareciera estar viviendo una ficción, una película, una novela. La curiosa impresión es que los hechos se suceden unos a otros, sin que tengamos la menor posibilidad de incidir en el curso de los acontecimientos.

Sin embargo, lo anterior es solo una ilusión. Chile cambió porque nosotros y nosotras cambiamos. Y cada acto nuestro, por mínimo que sea, tiene por estos días una vital importancia. Vivimos días históricos. Se huele en el ambiente, junto al olor a barricada, a la combustión, a los gases lacrimógenos… El pueblo tomó conciencia de su trascendencia.


Anoche, por ejemplo, al participar en una velatón en memoria a los caídos en estos días de revolución, en la pasarela de la Remodelación Paicaví. Fue un momento mágico, épico, que tal como lo conversábamos con vecinos y vecinas, no olvidaremos jamás. Jamás olvidaremos aquel minuto de silencio más largo de nuestras vidas, entre las sirenas, detonaciones y balazos de la policía y los militares, a poco más de una cuadra de allí. Nos tomamos un minuto, pero nuestros muertos seguían luchando…

Chile se sacude el modelo neoliberal implantado a sangre y fuego por la dictadura. El pueblo se rebela. Somos millones. En esta semana de revuelta he visto mucho más de lo que consigo asimilar. Por cierto, está la violencia y el terror en la respuesta de un gobierno decadente y podrido hasta la médula de corrupción, ambición y desprecio hacia la Humanidad. Una clase política y empresarial que siempre nos vio como simples números, que siempre pensó en el pueblo y sus acciones como simples utilidades. Pero también he presenciado el amor en las calles, la solidaridad entre vecinos y vecinas, amigos, compañeros y compañeras, la alegría y esperanza tan anhelada volver al rostro de nuestra gente. Somos más, somos millones.


Las ciudades de todo Chile han despertado. Nuestra rebelión debería conducirnos a un punto refundacional de nuestra historia. Poco a poco comienza a caer el legado terrorífico del tirano, de sus secuaces y de sus administradores. Chile entero dice no más neoliberalismo. No más ser considerados como una cifra. Nunca más sin nosotros y nosotras. Como decía el sabio verso escrito en centenares de muros a lo largo de nuestro país: “Nos quitaron tanto, que hasta nos quitaron el miedo”. La historia no volverá a escribirse en un triste gabinete o en una reunión de directorio empresarial.


Lamento no tener más tiempo para escribir. Ya vendrán los tiempos para el análisis. Salgo a la calle ahora a organizarnos y continuar la lucha. Vivimos días decisivos. Necesitamos un cambio radical, una nueva Constitución mediante Asamblea Constituyente. Y también necesitamos que nuestro presidente, que en una semana pasó de ser un mandatario inepto a un dictador, valiéndose de la violencia y el terror para conservar su trono, de un paso al costado. Debemos hacérsela más fácil continuando nuestra lucha con más fuerza. Venceremos.



Remo Paicaví, sábado 26 de octubre de 2019.



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