lunes, 14 de abril de 2014

LOS HIELOS


No existe secreto más inquietante sobre esta mesa
que el de esos hielos que esperan fusionarse con el licor
como quien abriga el extravío o la muerte como última esperanza.
Los hielos, tal como nosotros, no son ningunos sabios:
golpean los vasos con ansia fugitiva
y se entregan sin remedio a la caricia de cualquier boca
Deshaciéndose, irreductibles,
en la noche líquida que finalmente los posee.



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