miércoles, 20 de abril de 2016

LA CULPA


Al cruzar la calle y detenerse un momento frente a su reflejo en una vitrina, notó que su boca dejaba ver un gesto de crueldad. Pensó en echarle la culpa a los chocolates revenidos que acababa de obsequiarle a su novia; pensó en los años que llevaba ella haciendo vista gorda de sus malos tratos; y, por supuesto, también pensó en la otra chica que le esperaba en un pequeño departamento con vista al río junto a un hijo no reconocido. Recordó pequeños aunque significativos episodios en los que traicionó a familiares y amigos; y cuando vendió por un par de chauchas a un compañero de trabajo que había llegado tarde y resacoso a un turno. Cayó en la cuenta de que se había convertido en un auténtico hijo de puta, y creyó que algún alivio experimentaría su alma si se dejaba pisotear por algún vehículo de la Avenida Los Carrera. Luego no pensó más, cerró los ojos y dio algunos pasos en dirección al vacío.

(Inédito)

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